Semana seis: trabajando sobre la iconicidad.

Esta semana solo ha habido una clase, pero nuestros profesores se han encargado de solventar el problema mandándonos trabajo para casa. La mitad de la clase la hemos invertido solucionando dudas que teníamos sobre el trabajo, bajo el tema «fondos generativos». Nuestras dudas daban pie a pensar que habíamos vuelto a retroceder al comienzo del curso, cuando preguntábamos que cuánto tenía que ocuparnos el texto del blog y cosas parecidas. Yo creo que esto es porque D.A.I es la única clase que nos permite movernos a nuestro libre albedrío: el resto de asignaturas requieren el mismo tipo de disciplina que en el colegio. Así que, los jueves y los viernes salimos de la facultad con otra mentalidad, pero en cuanto tenemos que hacer trabajo de otra asignatura, «la cabra tira al monte».

El profesor Burgaleta nos explicó que hay dos modos de producir figuras: una basada en la aplicación de patrones conocidos o tipologías, y otra en el tanteo, y que nosotros como estudiantes de arquitectura no podemos limitarnos a imitar patrones, porque nuestra función en la sociedad es la creación, la invención. Pero sí que podemos inventar nuestra propia tipología, a través del tanteo. Por ello, el fin del trabajo que hemos de hacer en casa es la creación de varios tipos de fondos hasta dar con una figura que seguramente ni nos imaginemos que sabíamos hacer. Cuando el trabajo esté finalizado, haré más comentarios sobre él.

Tras esta explicación, comenzamos con la clase. Los profesores nos recordaron también que la cultura es fundamental para la formación del arquitecto, es el sistema de producir figuras deshaciendo las anteriores. Ésta no siempre ha sido del mismo modo, sino que ha ido evolucionando. Durante la Edad Media, estas figuras emergían de los dibujos como si de una presencia mágica se trataran. Se creía que todo lo iluminaba la luz divina, explicación de por qué la mayoría de las pinturas y dibujos de la época tenían un fondo dorado, y en general existía una preocupación por construir figuras de un modo razonable.

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Sin embargo, con la llegada del Renacimiento se produce una transformación radical en cuanto a la cultura. El término simboliza la reactivación del conocimiento y el progreso tras siglos de predominio de un tipo de mentalidad dogmática establecida en la Europa de la Edad Media. A diferencia del arte de la Edad Media, el arte del Renacimiento comienza a describir espacios profundos, produciendo una sensación de volumen, pero aún así los artistas de este periodo parten de una referencia para producir sus figuras. Posteriormente, el arte moderno se rebeló contra este movimiento cultural.

Aun así, del Renacimiento nacieron grandez artistas que en la actualidad seguimos utilizando como referencia, en la línea de Tiziano, Caravaggio y Rembrandt:

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A partir de aquí, el Renacimiento empieza a evolucionar de tal modo que acaba rompiendo con la figura, haciendo que está se geometrice. Uno de los precursores de esta nueva técnica fue El Greco, cuyo dominio sobre el claroscuro y la luz le hizo crear obras de arte como esta:

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Nuestro profesor Fernando Lancho nos comentó, para que lo entendiéramos mejor, que «el Renacimiento es como estar sentado en un sofá, contemplando una escena en la que todo es perfecto. En cambio, el Barroco es como un mareo, un lugar de incertidumbre donde al espectador le cuesta más percibir la figura que surge del cuadro».

A partir de aquí saltamos al arte del siglo XX, a una corriente denominada fauvismo, cuyos antecedentes fueron un conjunto de artistas que, unificando sus técnicas, dieron lugar a un movimiento artístico sólido. Estos fueron Cézanne, Gauguin y Van Gogh.

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Está basada en el uso excesivo del color y los elementos primitivos y oceánicos. Fue una de las primeras vanguardias. Los ejemplos más característicos de este movimiento son André Derain y Maurice de Vlaminck.

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Y por encima de ellos, Henri Matisse, autor que convirtió las formas y simplificó al máximo los recursos plásticos a fin de crear un lenguaje más expresivo. En su madurez desarrolló la técnica del collage, lo que le acercó a su aspiración de trabajar únicamente con colores estridentes y vivos, con colores complementarios creando sistemas de tensión contrapuestos. En algunos de sus cuadros nos se aprecian sombras, parece un lugar plano donde lo importante es el color.

Tras esta gran explicación, nos quedó tiempo escaso para comenzar a trabajar. La clase ha sido muy interesante, porque no hemos tenido que dibujarnos a nosotros mismos, sino a algún compañero nuestro. Nos han hecho colocarnos uno en frente del otro, y a lápiz hemos comenzado a dibujar el contorno de la cara, los ojos, las sombras que se generan en el rostro… para hacernos una idea de lo que dibujar en el cartón.

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Después, nos hemos puesto manos a la obra, y con el nuevo material hemos comenzado a hacer un dibujo colorista, imitando al fauvismo, pero con el poco tiempo del que disponíamos, yo por lo menos no he sido capaz concentrarme demasiado, estaba algo bloqueada, pero al final me he ido fijando en las sombras, en los colores… y ha surgido esta pintura:

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Espero que el próximo día tengamos más tiempo para practicar esta técnica.

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