Última semana: perfeccionando.

Durante la última semana de este cuatrimestre hemos hecho solo dos dibujos, para perfeccionar todo lo que hemos aprendido las anteriores semanas, para realizar bien el proceso de dibujo, y para, en definitiva, cerrar bien esta etapa en la que todos hemos aprendido mucho, en general.

El profesor Burgaleta nos explicó que la labor del creador es la de imaginar, utilizando distintos tipos de lenguaje. Un juego doble en el que participan tanto la incosciencia como el punto crítico y real, es decir, soñar despiertos sin despegarnos de la realidad. Al dibujar, un creador debe ser capaz de habilitar un lugar, puesto que soñar es fabricar un proyecto. Una vez que se tiene esa idea de proyecto, solo queda construirlo. Lo que nos hace seres humanos y nos distingue del resto de seres vivos es nuestra capacidad para soñar. No paramos de soñar despiertos, de imaginar, incluso cuando dibujamos. La imaginación no tiene fronteras mientras soñamos. Lo único que se resiste a nuestros sueños es la realidad, que nos hace ver que sí que hay fronteras, pero esto solo ocurre cuando después de imaginar intentamos exponer todas nuestras ideas en el mundo real. La realidad son limitaciones. Por eso lo del doble juego: el trabajo de dibujar consiste en imaginar y volver a la realidad constantemente, y a partir de esa realidad volver a soñar, sabiendo ya a partir de qué punto podemos hacerlo.

Así nacen todos los proyectos que se convierten en construcciones.

Por decirlo de alguna manera: los creadores son los que inventan el mundo,  y consiguen que sus invenciones funcionen. Cuando el mundo ya funciona por sí solo, aparecen los que mantienen el mundo para que funcione, pero esta no es la labor de los creadores. Éstos llegan en el momento que el mundo deja de funcionar con normalidad, y crean otros mundos nuevos que puedan funcionar.

También nos habló del significado de la palabra «conocer». Conocer es la suma de entender y comprender. Entendemos desde el punto de vista racional, mientras que la comprensión nace de la intuición. Hay cosas que comprendemos sin más aunque no entendamos por qué, y viceversa. Un creador conoce, mediante el autoaprendizaje. Las cosas más importantes son las que aprendemos por nuestra cuenta, las que asimilamos sin ningún tipo de proceso, solo con la experiencia.

Para dibujar, necesitamos establecer un orden, ya que ordenar es diferenciar y jerarquizar. Esto se traduce simulando el espacio profundo con luces y sombras. Al borrar, se crea el espacio gris, la media tinta, la penumbra. De este modo pasamos del mundo de ensueño a la realidad empírica, en la que vuelve a intervenir la imaginación, en busca de nuevos mundos dentro del dibujo:

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Así, ponemos punto y aparte a esta asignatura, en la que he vivido momentos de frustración, pero muchos otros de satisfacción.

Y, como siempre, el último día de la semana, acabamos más manchados de lo habitual, para despedir bien esta etapa:

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Trabajo para casa: luces y sombras, abstracción.

La tarea que comenzamos en clase tuvo que continuarse fuera del aula, debido al poco tiempo que nos queda.

Así, nuestros profesores nos mandaron hacer 3 dibujos a partir de unas fotografías que habíamos tomado en clase. De cada foto debíamos hacer dos dibujos: uno con photoshop, y otro a mano.

Empecé con el photoshop, que es lo que peor se me da y lo que pensé que me iba a llevar más tiempo. El procedimiento que seguí fue coger la imagen y darle contraste para que se marcaran mejor las zonas en penumbra y las zonas iluminadas. A continuación, la desaturé para dejarla en blanco y negro, que son los colores que utilizamos habitualmente en clase; por último, comencé a rellenar la foto por capas, con blanco, negro y la gama de grises.

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De esta forma algunas no quedaron muy bien, además no seguí para nada el procedimiento que habíamos hecho en clase, así que los repetí, esta vez añadiendo ejes por toda la fotografía para establecer relaciones entre los elementos. También le di menor opacidad a las capas, para que se superpusieran unas con otras y diera esa impresión de «dibujo no acabado». Así, ya sabía cómo lo tenía que hacer en los dibujos a mano:

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Semana 14: de la figuración a la abstracción.

Durante esta corta semana hemos dado el paso definitivo que nos lleva directamente hacia la abstracción, a partir de imágenes del aula. Al ser una semana de un solo día, el trabajo de clase se va a complementar con un trabajo que nos mandarán para hacer en casa.

En el dibujo de representación hemos sido críticos, hemos corregido todo el tiempo, ya que la importancia la ha tenido el procedimiento, y no el resultado final.

Nuestro siguiente objetivo es el de llevar ese dibujo representativo hacia la abstracción. Hoy, el aula ha sido un espacio en penumbra, y no hemos dibujado intentando representar la realidad, sino dibujando a partir de la misma, pero haciendo operaciones que nos permitan crear una imagen nueva.

Estos dibujos surgen de la figuración, pero son abstractos, ya que se juega con los planos de luz y de sombra. Para conseguir visualizar las luces y las sombras, debemos entornar los ojos, hasta el punto que solo distingamos entre manchas claras y oscuras. De este modo, nos inventamos un mundo nuevo.

Vamos a seguir con el mismo procedimiento que la semana pasada, solo que esta vez, en vez de dejar el dibujo con las madejas de líneas y las correcciones, vamos a entornar los ojos y nos vamos a concentrar en qué zonas son más oscuras y qué zonas son más claras, sin distinguir medios tonos. Radicalización es la palabra. Radicalizar el espacio en luces y sombras, jugando con estos elementos y crear un espacio totalmente distinto con ellos, abstracto, de modo que nos podamos imaginar lo que ocurre dentro de ese dibujo y no lo veamos a priori.

Este ha sido mi trabajo de hoy:

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